Además de producir y sostener sus niveles de ventas, las Pymes hoy se enfrentan a otro desafío: proteger el poder adquisitivo de sus empleados… para no perderlos. Y en un contexto donde difícilmente los ajustes salariales puedan alcanzar a la inflación, el otorgamiento de beneficios, monetarios y no monetarios, adquiere una relevancia aún mayor.
En BW Comunicación, una agencia y consultora especializada en comunicación interna que trabaja para grandes compañías, desde noviembre del año pasado actualizan los sueldos de sus 76 empleados directos y freelance de manera mensual. “Algunos meses hemos podido acompañar la inflación y otros, lamentablemente no, pero siempre damos un aumento. Hubo meses en los que la empresa no ganó dinero porque todo lo que ingresó se reinvirtió en salarios”, admite Vanina Casella, gerente de Recursos Humanos de la empresa.
Monetarios y no monetarios, todo suma
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y del índice de Remuneración Imponible de Trabajadores Estables (RIPTE), en 2023 la inflación alcanzó al 211,4%, mientras que los salarios tuvieron un incremento del 149,4%. Frente a este escenario, y en la medida de sus posibilidades, las empresas están incorporando lo que en el ecosistema empresarial se conoce como “salario emocional”: beneficios no monetarios que mejoran directa o indirectamente la capacidad de compra de sus empleados, y beneficios monetarios, aquellos que sí pueden medirse, concretamente, en dinero.
“Hoy es altamente necesario pensar de manera creativa y empática, comprendiendo a la población para conocer cuáles pueden ser los beneficios que generan valor, ya que el punto en común es que todos estamos impactados en el bolsillo”, afirma Gabriela Campodónico, directora de Recursos Humanos de PDA, una compañía que desarrolla e implementa soluciones de tecnología para la gestión del talento.
Para la ejecutiva, los programas de beneficios, que solían estar más relacionados con la necesidad de las empresas de atraer, retener y motivar a su capital humano, en tiempos de inflación se vuelven aún más importantes para enfrentar los desafíos financieros de los sueldos y mantener el bienestar de los empleados y sus familias.
“El beneficio que más impacta en el bolsillo de la gente es el trabajo híbrido porque implica un ahorro en trasporte y comida, y por la flexibilidad permite mejorar la calidad de vida de cada uno –apunta Casella, de BW Comunicación-. Esta modalidad de trabajo, según la última encuesta interna que realizamos, es el beneficio más valorado.”
Algo similar opina Campodónico, para quien la flexibilidad horaria y la posibilidad de trabajar desde la casa son muy apreciados “porque conjugan la integración de la vida personal a la laboral y, en estos tiempos, se siente en el impacto de viáticos y comida.
También se valoran los beneficios que proponen descuentos en los diferentes rubros de compras”. Sin embargo, para Fabiana Gadow, CEO de la consultora Korn Ferry Argentina, si bien estas herramientas son un incentivo más que contribuye a paliar la situación actual, no logran compensar la pérdida de poder adqui
sitivo. “De todos modos, los empleados valoran percibir que la empresa se preocupa y ocupa de su bienestar.
Lo más importante es hacer un buen diagnóstico; si esto no se hace antes de implementarlos, no tendrán impacto y seguramente se estará gastando recursos y tiempo”, advierte Gadow. Almuerzo, Internet y combustible. Más allá de su impacto en el poder de compra, los beneficios también juegan un papel crucial en la retención de talentos. “Contribuyen a aumentar la satisfacción y la productividad de los empleados, hace sentir que la empresa está siendo sensible a lo que está pasando puertas afuera.
Hoy es indispensable acompañar genuinamente este contexto”, sostiene Campodónico.
Un informe de la consultora de remuneraciones WTW destaca cuáles son algunos de los beneficios monetarios que se implementan mayormente: el pago de almuerzo –bajo distintas modalidades, como comedor en planta u oficina, entrega de viandas, descuentos en restaurantes o tarjetas de pago-; el reconocimiento de gastos de Internet, el pago de guardería, y el pago de combustible.
Algunas opciones están al alcance de las Pymes. Según el Reporte Bimestral de Beneficios de la firma de servicios financieros Nubi, el año pasado empresas de entre cinco y 8.000 colaboradores adoptaron su tarjeta prepaga Nubiz, a través de la cual se pueden realizar compras en supermercados, comercios, restaurantes, cafeterías, tiendas online o estaciones de servicio.
Otra consultora que mide la difusión de beneficios, monetarios y no monetarios, es Adecco. Las opciones que las empresas hoy más ofrecen son: día de cumpleaños, horarios flexibles, días de vacaciones adicionales y estacionamiento pago. En el caso del almuerzo, algunas firmas ofrecen un servicio de comedor o vianda. En caso contrario, y dependiendo del rol del empleado, se les acredita entre $25.000 y $55.000 en billeteras virtuales para compras de alimentos o gastronomía.
En el menú de opciones, Adecco también identificó el adelanto de sueldos o aguinaldos; la cobertura por gastos de movilidad; el día libre para realizar trámites, vouchers para gastar en supermercados, descuentos en comercios, y capacitaciones y becas de estudios.
Cuentas aliviadas
Colppy, una empresa de tecnología que brinda servicios a Pymes a través de un sistema online de gestión contable, durante 2023 perdió la carrera contra la inflación y quedó más de 20 puntos por debajo. Por lo tanto, para compensar los salarios, que fueron actualizando cada tres meses, decidieron profundizar un programa de beneficios que venían desarrollando desde hacía un año. La iniciativa incluye beneficios monetarios relacionados con la conectividad, ya que tres días a la semana en la empresa se trabaja de manera remota y, por lo tanto, les pagan el proporcional de los costos de Internet y luz. En cuanto a los almuerzos, se resolvió acreditar un monto diario de dinero en la aplicación Mercado Pago para que usen en los rubros de gastronomía. Además, la empresa abona un prepaga para la cobertura de salud.
“Con estos beneficios logramos acompañar el impacto que tiene la inflación; pero también brindamos otros no monetarios, como vacaciones en días hábiles; un día al mes para realizar trámites personales; 20 días de licencia por paternidad con posibilidad de repartirlos de acuerdo con las necesidades, y dos semanas de vacaciones cuando cumplís cinco años en la empresa. Estos, y otros similares que otorgamos, en realidad para la empresa tienen costo cero, o ‘pseudo cero’ porque les seguimos pagando su salario completo”, asegura Ezequiel Luberriaga, gerente del departamento de Gente de Colppy.
El programa, al que acceden todos los empleados, se completa con descuentos para productos o servicios de empresas de consumo masivo, universidades o entidades de capacitación.
“El área de Gente representa entre el 70% y el 80% de los costos de la empresa por los salarios; pero también por los gastos que el área hace en capacitaciones, beneficios y eventos, entre otras actividades –señala Luberriaga-. Nuestra misión es que la gente esté bien y, en este contexto, debemos ser aún más creativos”, dice el gerente, que maneja una plantilla de 53 empleados de entre 22 y 50 años.
Evaluar nuevos escenarios teniendo en cuenta el presupuesto acotado de una Pyme es un verdadero reto, pero también puede ser una oportunidad. “Porque la realidad es que adoptar una perspectiva integral y sensible al contexto que afecta el poder adquisitivo es indispensable -recomienda Campodónico-. Comunicar de manera genuina lo que está pudiendo hacer la empresa es fundamental, y también compartir los esfuerzos de manera equilibrada para que las personas se sientan apoyadas, contenidas y, sobre todo, escuchadas en el espacio de trabajo.”
Atento a las demandas
Gabriel Duranti, presidente de Dusen, una Pyme dedicada a la producción y comercialización de especias y semillas, se refiere a sus 12 empleados por sus nombres. Y no porque sean pocos y resulte entonces más fácil recordarlos, sino porque, dice, son una familia. “Pero no tenemos un programa de beneficios, porque creo que son contraproducentes, en el sentido de que pueden tornarse luego en una obligación. En Dusen, prefiero atender las necesidades puntuales de quién me lo solicita: mis puertas están siempre abiertas y alguna solución le vamos a dar”, señala Duranti.
Así, cuenta el empresario, además de los aumentos de salario por paritarias, otorgó adelantos de sueldos y aguinaldos, financió compras de heladeras y, hasta a una empleada, le prestó el dinero que le faltaba para comprar su casa. “Eso sí; son personas comprometidas con su trabajo y la empresa: si necesito que vengan un sábado a hacer algunas horas para un trabajo de mantenimiento de la planta, vienen con gusto”, reconoce Duranti.