Las organizaciones integran la tecnología a sus procesos de onboarding y de capacitación a la vez que apuestan a la cercanía para fidelizar talento y aumentar el bienestar de sus colaboradores.
Pongamos en pausa casi todo lo conocido; abramos la mente para explorar nuevas posibilidades de trabajo. Intentémoslo … al menos por un rato: la consigna sugerida durante el evento que recientemente organizó BW Comunicación Interna motivó a pensar nuevos esquemas laborales en los cuales se incluyen ya las plataformas colaborativas y el Metaverso como aliados estratégicos de las nuevas prácticas y posibilidades impensadas hace apenas unos años. Desde México y con transmisión en vivo para todo el mundo, Francisco Álvarez, director de BW México, abrió la conversación para reflexionar acerca de los desafíos presentes y futuros del universo virtual, junto a Liliana Méndez, CEO de WeWork México y Caroline Souza, Sales Manager Reality Labs de Meta, conectadas, al principio, desde una sala diseñada en el Metaverso.
En ese contexto, Souza comentó que a nivel global las empresas ensayan modos en los que el Metaverso a través de Workplace, puede contribuir a experiencias innovadoras, y dio algunos ejemplos, como el Hotel Hilton donde desarrollaron ambientes dentro de la virtualidad y lograron reducir el tiempo invertido en la formación del personal de 4 horas a 20 minutos. Asimismo, en Nestlé Purina construyeron una réplica de la fábrica para que sus vendedores comprendan el proceso productivo de la comida y así puedan vender de modo más eficiente el producto.
Flexibilidad y nuevos modelos
Asimismo, en el marco del evento, otro de los temas que se abordaron fue el reto más importante que ocupa a las empresas: el de gestionar la flexibilidad y su impacto en la marca empleadora. Destaca Méndez: “la flexibilidad es parte del salario emocional, entendido como aquello que suma a la calidad de vida del empleado”. En palabras de Souza: “Hemos visto que el sueldo y los beneficios ya no son suficientes; queremos más; queremos estar conectados con el propósito de la empresa, tener bienestar y flexibilidad”. En ese movimiento el paradigma de liderazgo parece haber cambiado porque los referentes se acercaron mucho más a los colaboradores y viceversa. Ya no hay un modelo de trabajo único. Diseñar un esquema propio es un asunto complejo. “En ocasiones los líderes eligen un modelo basado en su propia experiencia cuando debería entenderse como un proceso de prueba y error. Quizás lo que sirve hoy no aplica dentro de seis meses”, dice Méndez. Muchas veces, se opta por un esquema híbrido pero sin que medie tanto la pregunta del por qué. “Hay que preguntarse qué buscamos en ese espacio, qué queremos obtener de esa reunión y no simplemente estar en una oficina porque tenemos que estar de lunes a viernes de 9 a 18”, clarifica.
En el avance de estos nuevos modelos de trabajo la Comunicación Interna y la tecnología tienen un rol fundamental. “Cuando se llevan adelante tareas de manera remota hay que tener máxima claridad en los objetivos del negocio, en cuanto a las entregas y expectativas. Definir un modelo de trabajo es una oportunidad única para acercarnos a los colaboradores. El liderazgo tiene que hacer partícipes a los colaboradores del diseño de ese modelo, pedir feedback, ver qué está funcionando y qué no; y tener las posibilidades de ajustarlo sobre la marcha, si es necesario”,apunta Méndez y agrega Souza, de Meta: “La comunicación es un área esencial y para diseñar estrategias más efectivas y que se adapten a la necesidad de cada público hay que basarse en datos”.
Alinearse con lo que viene
En ese sentido, las plataformas colaborativas aportan a estas experiencias ya que permiten medir, abrir conversaciones, encontrarse y experimentar entornos digitales con sentido de pertenencia y conexión real. “La cercanía- dice Méndez- es el punto en común y es algo que los empleados de verdad necesitan”. “La sensación de estar presente es la que se quiere emular en el metaverso porque el trabajo remoto no es más desde casa. Las personas han dejado sus ciudades, sus países y cambiado completamente de vida porque tienen esa flexibilidad y quieren estar más alineados con un propósito de vida”, afirma Souza. El metaverso y sus procesos de realidad virtual llegan para aportar valor a ese deseo. Convoca a imaginar Souza: “El objetivo es que en el futuro las gafas de realidad virtual estén integradas a nuestro día a día y a través de ellas las personas de cualquier edad puedan acceder a los beneficios que el metaverso pueda traer”. Eso sí: hay un paso previo. “De nada sirve que las empresas quieran implementarlos si no tienen lo básico para una comunicación híbrida, digital y democrática. Sin duda las empresas que ya comenzaron este camino corren con ventaja”, cierra Souza de Meta e inspira a esbozar nuevas experiencias.