La agenda de género impacta en el mercado laboral y en consecuencia en las empresas. Llega otro 8M y ¿Cuál es el rol de las empresas?, ¿Qué necesidades aparecen, qué acciones realizan?, ¿Qué desafíos aún están pendientes?
Desde la primera marcha bajo la consigna “Ni una menos” en junio de 2015 varias cosas han cambiado a nivel empresarial. Las compañías empezaron lentamente a pensar en acciones que promuevan ámbitos laborales sin violencia y libres de discriminación, y el foco comenzó a vislumbrarse en la comunicación.
Algunos datos a tener en cuenta
En solo el 20% de las compañías a nivel mundial las mujeres ocupan puestos directivos de máxima responsabilidad, según datos del Banco Mundial. En este sentido, más del 50% de las empresas, a nivel global, que implementaron iniciativas en diversidad e igualdad de género afirmaron que a partir de ellas su rentabilidad creció más de 15%, según la Organización Internacional del Trabajo. En nuestro país la brecha salarial de género es del 28.5% en el mercado de trabajo formal y solo 2 de cada 10 empresas argentinas cuentan con mujeres en altos cargos. A este panorama se suma que son las mujeres quienes dedican 6,5 horas al trabajo no remunerado, a diferencia de los varones con 3,7 horas. Estos números nos invitan a pensar nuevas formas de abordar las estrategias de comunicación en esta fecha.
Cronología del cambio en la comunicación
Hasta hace algunos años atrás las empresas sabían que querían celebrar el por entonces llamado “Día de la mujer”. En muchos casos solo nos pedían una pieza para felicitar a las mujeres en su día, en otros, nos solicitaban asesoramiento para hacer “algo” o nos consultaban qué podían regalar (solían ser regalos vinculados a los estereotipos femeninos).
En 2019 comenzamos a notar un cambio en el planteo: se empezaban a cuestionar el día, muchos nos preguntaban qué debían hacer. Algunos dejaron de entregar obsequios. Las piezas mutaron de felicitar a las mujeres a tenerlas a ellas como protagonistas. Ya hablábamos de 8M.
Del 2020 en adelante, el cuestionamiento fue aún más profundo. Los mensajes que trabajamos para nuestros clientes fueron muy distintos, apelando a la no idealización del rol de la mujer en la sociedad e incluso sumando datos estadísticos, hasta incluyendo información para la eliminación de la violencia de género.
Como especialistas en comunicación recomendamos a las empresas:
Qué hacer:
- Reflexionar sobre las prácticas diarias al interior de la empresa.
- Conversar con nuestros equipos sobre roles, estereotipos, conductas.
- Crear acciones que demuestren avances en materia de igualdad de género.
- Compartir herramientas internas para concientizar sobre la temática.
- Involucrar a los varones en las acciones con actividades que interpelen a todas las personas que forman parte de la empresa.
- Medir cómo se sienten las mujeres al interior de la compañía en materia de igualdad que generamos al interior de empresa.
- Contar con políticas de Diversidad e Inclusión que acompañen y hagan coherente las comunicaciones, acciones, activaciones que hagamos al respecto.
- Utilizar términos genéricos, pronombres y palabras sin marcas de género.
- Usar voces masculinas y femeninas en proporción equilibrada para las locuciones.
- Representar a las personas en roles distintos a los tradicionales y utilizar una paleta de colores amplia que rompa con los estereotipos.
Qué no hacer:
- No celebrar ni felicitar.
- No realizar acciones aisladas. Cada acción/ iniciativa tiene que tener una coherencia.
- Mostrar una imagen coherente con el compromiso con la igualdad de oportunidades de la empresa.
- No realizar regalos que refuercen estereotipos de género.
- Evitar usar imágenes estereotipadas, incluir la diversidad en las imágenes: mujeres, varones, personas LGBTI+, personas con discapacidad.
- No comunicar solo porque existe el día, sin un compromiso con el tema o un mensaje que interpele.
- Ya no hablamos de la mujer el 8M sino todo el año, muchas veces con acciones que demuestran el compromiso de la empresa.
Comunicar en igualdad
Comunicación inclusiva, lenguaje inclusivo, comunicación con perspectiva de género, son algunos términos que aparecieron y comenzaron a instalarse poco a poco al interior de las compañías. Como toda transformación cultural, trabajar en la promoción de una comunicación inclusiva no es para nada sencillo, pero resulta fundamental, porque nombrar visibiliza.
Es importante que quienes estén en los puestos de liderazgo de la comunicación interna de cada compañía se capaciten, brinden herramientas a sus equipos y comprendan la importancia de incorporar esta perspectiva en las comunicaciones.
Muchas veces nos dicen “nuestra cultura no lo permite”; y nosotros les decimos “¿y si lo proponemos?”. Ahí en definitiva está el tema, en cómo cada uno y cada una desde su lugar puede transformar su contexto para así generar un cambio más grande. Todo esto empieza hackeando, cuestionando, preguntando y proponiendo.
La importancia de impulsar políticas DEI en las empresas
No hay igualdad posible sin una transformación cultural adecuada. Trabajar para trascender lo políticamente correcto es el desafío. Extender la perspectiva de igualdad y equidad de género en todas las áreas y procesos para romper las barreras que las mujeres encuentran en el desarrollo de sus carreras, para asegurar su integración y participación plena.
Para volverse protagonista del cambio hay que comprometerse y ese compromiso implica actuar con responsabilidad e involucrarse: contar con especialistas en la temática, capacitar, generar conciencia, impulsar una política integral de Diversidad, Inclusión y Equidad, contar con planes y políticas que acompañen el propósito, ampliar la representación de mujeres y la diversidad en los mandos medios y de liderazgo, medir para cerrar las brechas salariales de género, eliminar los sesgos de género, generar políticas de corresponsabilidad de cuidados. Las empresas son miembros activos de la sociedad y son actores claves para promover el cambio.