Los bots y la Inteligencia Artificial llegaron para quedarse. Pueden hacer por nosotros numerosas tareas que son automatizables. Este cambio conlleva la liberación de una gran cantidad de horas laborales que se podrían destinar a otros fines. El desafío es encauzar esa energía tanto propia como de nuestros equipos hacia tareas más estratégicas.
La fantasía y el miedo de que las máquinas reemplazarán definitivamente al ser humano en el trabajo atraviesa las generaciones desde que se puso en marcha la primera máquina a vapor.
Por un lado, ¿a quién no le atrae la idea de que respondan por nosotros esos mails aburridos o molestos que nos llevan horas y horas? ¿O nos armen las opciones con presupuesto y todo de un proyecto complejo…?
No creo que esto suceda realmente. No, al menos, en la totalidad de tareas que desarrollamos o podemos desarrollar los seres humanos. Pero sí es cierto que la IA está cambiando, en algunos casos de forma radical, la manera en la que trabajamos. Las tareas repetitivas se automatizan cada vez más rápido y ya están reemplazando numerosas funciones que venimos desempeñando.
Por el otro, ¿quién no teme, justamente, perder el “trabajo” por esos algoritmos que pareciera que hacen todo mejor y más rápido que nosotros? En los últimos tiempos, estos temores volvieron a surgir ante el rápido avance de la Inteligencia Artificial (AI) que alcanzó un alto grado de visibilidad con la popularización del GPT Chatbot.
Esto se aplica también a lo que sucede en los departamentos de RR.HH. que, quizás más atrás en el tiempo, era inimaginable. Vayamos a un ejemplo: en las empresas hay preguntas que son una constante para el área: ¿Cómo consigo mi recibo de sueldo? ¿Qué pasa si me olvidé el password de la plataforma de capacitación? ¿Cómo tengo que pedir mi licencia por maternidad o paternidad? Estas consultas deben ser respondidas una y otra vez, en tiempo y forma, por una persona encargada de estos asuntos. Y esto incluye que lo haga multiplataforma: vía correo electrónico, redes, chats y/o llamados telefónicos.
Si en una compañía de 7.000 empleados el 1% hace una pregunta por mes: ¿Cuántas horas son necesarias destinar a esta acción repetitiva e ineludible? Un simple bot puede resolver esas y muchas otras dudas de una manera ágil, las 24 horas y los siete días de la semana.
¿De qué tareas repetitivas hablamos?
Dentro de Recursos Humanos se llevan adelante numerosas tareas con distinto grado de valor agregado. Algunas clásicas son:
- El recordatorio de cumpleaños
Casi a diario, las personas que trabajan en grandes empresas inician su jornada laboral y ni bien se conectan a sus computadoras reciben la notificación de que alguno de sus compañeros de trabajo cumple años. Un recordatorio que salva a muchos de olvidar el saludo. Pero ese aviso suele ser producto de un trabajo manual y rutinario de una persona de la oficina de Recursos Humanos. Una persona que realiza una tarea que lleva tiempo y que fácilmente podría ser reemplazada por bots.
- El famoso Onboarding
Cuando una persona ingresa a trabajar en una empresa, se torna central acompañarla en la adaptación a la nueva cultura, tareas a desempeñar, etc. Con la ayuda de la tecnología, las principales dudas sobre el trabajo las puede responder un bot, mientras que el o la líder del equipo o del área de Recursos Humanos puede preocuparse por darle la bienvenida desde un lugar más personal y comenzar a conocer las potencialidades del nuevo talento con más tiempo.
3. ¡Y la comunicación interna!
Los bots sirven también para facilitar el acceso a la información que las personas necesitan entre las diversas plataformas digitales que tiene la empresa, o para garantizar que lean la información importante que se les quiere hacer llegar. Y tienen la característica de que se pueden integrar fácilmente a cualquier plataforma de comunicación que la empresa use para comunicarse y chatear entre personas y equipos.
Los programas de beneficios, los sistemas de reconocimientos o incluso las estrategias de capacitación o de búsquedas internas pueden potenciarse con este tipo de iniciativas.
La tecnología no lo es todo, pero ofrece ventajas competitivas a quien sabe utilizarla bien. Supongamos que una persona juega al tenis con un brazo biónico. ¿De qué le sirve tenerlo si no sabe dominarlo? Seguramente, en vez de ayudarlo correrá con desventaja. También podría jugar sin ayuda de la tecnología, pero probablemente sus rivales se servirían de ella para ganarle el partido.
Lo mismo sucede con los equipos de Recursos Humanos. Quienes no dominen la tecnología para mejorar la experiencia de sus colaboradores y potenciar los procesos de gestión de personas, darán ventajas a otros y perderán eficiencia.
La tecnología es una herramienta y, como tal, no reemplaza a los seres humanos. Sin embargo, puede ocuparse de manera mucho más eficiente de esas tareas repetitivas y burocráticas para dejar lugar a que la creatividad de las personas y la empatía operen en beneficio del conjunto de la empresa.
Esto no implica que la persona que realizaba esa tarea deba ser descartada. ¡Al contrario!
Creo que los bots nos pueden ahorrar horas de equipo en tareas para dejarlas disponibles y encauzarlas a tareas más estratégicas. Algunos se podrán preguntar: ¿Quién dijo que todos quieren o pueden desentenderse de este tipo de tareas? o ¿Cómo se hace para impulsar el aprendizaje de algo nuevo, de ese tan mentado “agregar valor” en ese tiempo que paulatinamente irá quedando libre? Eso lo dejo para otra nota. Ser líderes hoy representa nuevos desafíos y acá estamos: tener un gran poder conlleva una gran responsabilidad. ¡A trabajar en esos retos!